viernes, 28 de septiembre de 2012

Reliquias del Tiempo: El reloj como objeto a venerar.

  
      Desde su creación, el reloj de bolsillo también llamado de faltriquera era símbolo de autonomía, de lujo, de distinción.
      La posibilidad de poder ser propietario de un reloj trasportable de uso personal en los albores del siglo XIX era casi inalcanzable para cualquier persona, sólo reservada a las altas clases sociales que se podían permitir realizar encargos personales a joyeros o relojeros de confianza y pagar estos excelentemente bien remunerados trabajos.
      Así, en la actalidad aún se pueden encontrar antiguos relojes con grabaciones en esferas, trabajos de orfebrería en tapas etc....donde se incorporaban por encargo iniciales del dueño, escudos de familias e incluso escenas relacionadas con la actividad de su dueño: escenas de cacería, escenas religiosas etc....
      En el ámbito puramente religioso, se pueden encontrar ejemplares de relojes muy perseguidos por colecionistas de los llamados Relojes de Monja.
      Estos relojes tienen una preciosa historia detrás. Todos ellos han estado siempre al resguardo de los densos ropajes eclesiásticos de la época y venerados como auténticas reliquias por lo que en su día significaba poder poseer uno.
      Alguno de estos relojes eran regalados con cariño por los familiares de la futura monja cuando ésta comunicaba a su familia su intención de enclaustrarse por tan comprometida vocación. Estos relojes de bolsillo suelen ser  piezas de pequeñas proporciones e incluso algunos venían dotados de argollas para ser suspendidos como colgante dentro de las ropas con una fina cadena. Todos ellos suelen ser de materiales nobles como oro o chapados en oro, o plata y sus familias a veces tenían que hacer extraordinarios esfuerzos económicos para encargar un regalo al limite de sus posibilidades todo fuese por aquella hija que cada vez que mirase dicho reloj se pudiese acordar de sus padres que con todo su cariño se lo regalaron.
      Estos relojes suelen haber tenido un trato muy cuidado, dado el alto valor que suponñia y dado que el uso era reservado a unas dueñas muy especiales y cuidadosas  y al cariño tan especial que le proporcionaban a tan importante regalo famliar.
      El motivo de la pequeña talla de estas piezas, todos muy pequeños, en parte se comenta que se debía a que las hermanas mayores o de altos cargos eclesiásticos en los conventos de entonces requisaban cualquier símbolo que supusiese lujo en las novicias, despojándolas de todo tipo de enseres personales a su ingreso en convento. Evidentemente, el tamaño reducido de estas piezas hacía que pudiesen ser fácilmente ocultados entre los densos ropajes de las monjas sin que éstos supusiesen exhibición de lujos por parte de la monja en cuestión.

      En mi colección tengo alguno del que con gusto contestaré si teneis algún interés en el siguiente correo:
chuelvalozano@yahoo.com


1 comentario:

  1. Son relojes encantadores y mucho mejor terminados por tratarse de relojes reliquia. pero no hay tantos a ver si me dices dónde puedo comprar uno de monja.saludos

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